PROSTATITIS

El tratamiento es sintomático encaminado a reducir o mitigar las molestias concretas que afecten al paciente en cada uno de los episodios: Antiinflamatorios, Miorrelajantes, Ondas de Choque, Alfabloquentes, relajantes vesicales, rehabilitación suelo pélvico etc…

Es una de las patologías más frecuentes del varón y motivo recurrente de visita en la consulta del urólogo.

Prostatitis bacteriana aguda:

Infección de orina y del tejido próstatico causada por bacterias (en pacientes < 35 años a menudo relacionado con ETS), que se presenta de manera brusca con fiebre alta, escalofríos, dolor perineal y el la zona baja de la espalda junto con síntomas urinarios, puede haber incluso retención urinaria por obstrucción.

Precisa de un tratamiento antibiótico rápido, en principio vía oral pero en ocasiones es preciso el ingreso y tratamiento intravenoso.

Puede haber complicaciones importantes si no se diagnostica precozmente como la formación de abscesos prostáticos, orquiepididimitis.

Prostatitis bacteriana crónica:

Cursan con cuadros de infección urinaria recidivante sin fiebre. En ocasiones no producen apenas síntomas. Se diagnostican por la persistencia de cultivos de orina/semen con infección persistente para la misma bacteria. El tratamiento antibiótico de 8 a 12 semanas. En ocasiones es preciso la cirugía prostática (RTU) sobre todo si identifica obstrucción vesical.

Síndrome Dolor pélvico Crónico (SDPC) o Prostatitis crónica no bacteriana:

La Prostatitis Crónica o mejor llamada Síndrome de Dolor Pelviano Crónico (SDPC) es un cuadro sintomático vago e inespecífico caracterizado por la presencia de dolor y o molestias prostáticas, perineales, perianales o suprapúbicas crónicas y recurrentes asociadas a un número de síntomas urinarios o disfunción eyaculatoria de intensidad variable, sin que se pueda aislar ninguna bacteria en los cultivos.

Todo ello conlleva un deterioro importante de la calidad de vida. El tratamiento con ondas de choque ha demostrado ser un método altamente eficaz en el alivio de los síntomas más agudos y limitantes por su marcado efecto antiinflamatorio local. Suelen necesitarse 2-3 sesiones, con una frecuencia semanal.